sábado, 12 de marzo de 2016

Empatía social y tauromaquia

   Artículo de opinión: Empatía social y tauromaquia
   Constantemente el ser humano vivimos en una sociedad que nos recuerda que somos un animal social, es decir, que nos relacionamos frecuentemente con otros seres vivos, desde que nos levantamos por la mañana a trabajar (si es que tenemos trabajo claro está) hasta que nos vamos a dormir por la noche. En ese tránsito diario nos relacionamos con nuestra familia, amig@s, compañer@s de trabajo, conocid@s, animales de compañía… por lo que, desde luego, está bastante claro que la definición de animal social es bastante veraz.
   Pero creo que hay que ir al trasfondo de esa socialización humana, es decir, somos un animal social, pero, ¿somos un animal con empatía social?
   Desde mi punto de vista, una parte de la sociedad vive al margen de la empatía social, vive el día a día solo pensando en sí mism@ y no poniéndose en el sitio del otr@. Un claro ejemplo es la tauromaquia.
   Una parte de la sociedad sostiene que la tauromaquia es cultura, es patrimonio de la humanidad… es una defensa legítima ya que está recogida en las leyes actuales, pero sostengo que aunque sea algo legítimo no significa que esa legitimidad dote a tal acto de ética. Pienso que la tauromaquia es un acto que carece de la más absoluta ética y moral, pues tortura y agrede a un ser vivo hasta su muerte final. Y es ahí donde entra la empatía social.
   Las personas que defienden la tauromaquia carecen de empatía social en lo que respecta a los animales, no se ponen en el sitio de ese ser vivo. Hagamos por un momento una reflexión, formulándonos una serie de preguntas como por ejemplo estas: ¿nos gustaría que una hipotética especie superior a la humana nos atrapara y nos pusieran en un recinto cerrado del que es imposible salir?¿nos gustaría que esa especie nos hiciera movernos sin sentido por ese recinto?¿nos gustaría que nos clavaran a la especie humana objetos punzantes que nos hiciera sentir gran dolor y sufrimiento? Y por último, ¿nos agradaría como especie ver a algunos miembros morir en ese recinto para deleite de esa especie, incluso que algunos de esos miembros podamos ser nosotr@s mism@s?
   Esas son las preguntas que cada persona nos deberíamos de hacer en relación a la tauromaquia, reflexionar sobre nuestra sensibilidad hacia los demás, reflexionar sobre colocarnos en el sitio del otr@, en el sitio del más desfavorecid@, y tras esa reflexión profunda, poner nuestro granito de arena para ir hacia una sociedad más ética, más justa, y en definitiva, con más empatía social.
Salud, república y defensa animal.

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